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Una Cumbre de hipocresías

Son 90 millones de dólares que el Estado -nosotros- invertimos en esta COP20, ¿valdrá la pena? 

"El desarrollo es un viaje que deja más náufragos que navegantes".

Eduardo Galeano

Publicado: 2014-12-05


Durante estos días, estamos pendientes de las medidas aprobadas por los 195 países participantes para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero en esta vigésima Cumbre Mundial del Cambio Climático (COP 20). Todos los reflectores apuntan al ministro del ambiente, Manuel Pulgar, y los consultores internacionales. Además, se especula la llegada de Leonardo DiCaprio y la premier Ana Jara nos mantiene al tanto de la noticia:


Estos son los tres motivos por los cuales esta cumbre solo está pensada para la foto del recuerdo con los países participantes, pero no para buscar una real solución a este problema que nos afecta a toda la humanidad y –por desgracia- a los demás seres vivos. 

1.- Ley 30230, la puerta abierta a la depredación ambiental.

El gobierno –sí, este que invierte 90 millones de dólares en esta cumbre- ha impulsado el “Paquetazo Ambiental” que beneficia a las empresas mineras para simplificar las medidas y trámites ambientales para –según ellos- “dinamizar” la economía del país. Esto genera una crisis en la entidad encargada de aprobar el Estudio de Impacto Ambiental que realizan las empresas para sus proyectos de inversión, pues el Ministerio del Ambiente solo cuenta con un plazo de 45 días hábiles para observar este estudio y con derecho a ser observado una sola vez.

Pero hay más. Durante el mes de noviembre –previos a la COP2O- se publicó el Reglamento de Protección Ambiental de las Actividades de Hidrocarburos, que establece la reducción de las exigencias de los Estándares de Calidad Ambiental –es decir, estudios de menor rigor- la desprotección de los pueblos indígenas en aislamiento a voluntad, la no inclusión de la implementación de la Consulta Previa – que por cierto, el Ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga criticó esta ley de Consulta Previa sin vergüenza alguna- entre otras medidas totalmente fuera del contexto en el que nos encontramos y en oposición al objetivo de tratar de mitigar los efectos del cambio climático y rescatar la biodiversidad de nuestro país.

2.- Edwin Chota Valera, la impunidad en los ojos del mundo.

Este es el tema que genera más indignación, ¿cómo podemos ser anfitriones de esta Cumbre permitiendo la muerte de un líder ambientalista? ¿Con qué cara se presentan los ministros luego de la cruel matanza de Edwin Chota a manos de madereros ilegales? Es imperdonable que hasta el día de hoy los responsables de este crimen se encuentren libres. Pero más imperdonable aun, es la indiferencia del Estado. En palabras de él:

“SENTIMOS EN SAWETO UN VACÍO POR PARTE DE LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO PERUANO”

Edwin Chota junto a cuatro líderes de la comunidad Asháninka, fueron cruelmente asesinados por denunciar a los madereros ilegales de la región Ucayali. En la actualidad, el 80% de la exportación de madera proviene de la tala ilegal, entonces ¿qué hace el gobierno por defender nuestros recursos? ¿Permite que asesinen a los defensores de estos? A pesar que los líderes Asháninkas denunciaran que fueron víctimas de amenazas de muerte, el gobierno no hizo nada por defenderlos. Es decir, a los ministros y al presidente Ollanta Humala poco o nada les interesó la vida de los defensores ambientales.

3.- ¿Cuánto nos cuesta esta COP 20 que solo es un simple borrador?

Esta cumbre de flashes y poses nos cuesta nada menos que 90 millones de dólares, de los cuales 54 millones se destinaron a la empresa francesa GL Events -organizadora del magno evento-. Estos millones podrían beneficiar a miles de comunidades indígenas que se encuentran hoy en nuestro país promoviendo la protección de las diversas zonas de la Amazonía. Sin embargo, lo cierto es que miles de activistas y colectivos que llegan de diversos lugares del continente a nuestra ciudad para la marcha #10D o también llamada cumbre de los pueblos, están cubriendo los gastos de su estadía con su dinero.

Es irónico pensar que el Estado -que somos cada uno de nosotros- abonamos estos 90 millones de dólares para la organización de esta Cumbre y los invitados principales que son los indígenas de América Latina no cuenten en absoluto con alguna subvención económica, luego de ser ellos quienes se dedican a cuidar y mantener la biodiversidad de nuestro planeta.

Es esta la cumbre más hipócrita del mundo por estas tres razones ya mencionadas –y lo más probable es que falte mencionar otras-. Es necesario apoyar a los representantes de las comunidades indígenas que han llegado a nuestro país con la única convicción de cambiar las actitudes de las grandes empresas extractivas que perjudican de manera irreversible nuestro medio ambiente.

Uno de ellos, es el colectivo #ResisteYasuni que ha generado la atención del mundo. Según The Guardian, el gobierno ecuatoriano habría negociado con un banco chino por un 1 billón de dólares para la búsqueda de petróleo en el Parque Nacional Yasuni, declarado como reserva de la biósfera por la UNESCO. Esta, es una de las zonas más biodiversas del planeta, sin embargo, cuenta con yacimientos de petróleo que el estado ecuatoriano desea explotar, a pesar de poner en riesgo la vida de millones de especies y de las poblaciones indígenas existentes en este lugar.

Este colectivo se encuentra hoy en nuestra capital para formar parte de la marcha de la Cumbre de los Pueblos, que se realizará el día 10 de diciembre en el Campo de Marte. Estamos todos en la obligación de acompañar a miles de comunidades que marcharán de manera pacífica por la soberanía alimentaria, la protección de la agricultura familiar, la defensa de los ecosistemas y la biodiversidad del planeta y la defensa de los territorios de los pueblos indígenas este #10D. El cambio lo hacemos todos.

10  de diciembre. concentración: campo de marte 9:00 am


Escrito por

Andrea Ayanz

Periodista por necesidad.


Publicado en

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